Había color y carnaval en las calles, disfraces, bailes y consignas, una ocupación cada vez más masiva del espacio publico, de la democracia tangible que no está circunscrita a una raya en un voto.
Había color y daba para pensar que mientras más gente se atreviera a marchar y manifestar pública y abiertamente sus demandas y anhelos colectivos, más minúsculos e insignificantes se verían los lunares de rabia exagerada y violencia pura. Cada vez más minúsculos, cada vez menos necesarios hasta desaparecer.
Había color e incluso se podía respirar esperanza y su aroma inconfundible.
Esperanza de que ahora sí que podremos lograr algo, que pese a estar frente a un gobierno de derecha cuya postura ideológica es claramente contraria a legislar en favor de igualdad, mejor distribución y mayor participación democrática, la presión ciudadana podría al fin transformarse en un dialogo abierto y dar cabida a nuevas formas de representación y relación entre ciudadanos y autoridades.
Sin embargo ayer jueves 4 de Agosto el gris verdoso de la represión de siempre tiñó el color con la lechosa neblina lacrimógena…una vez más, vimos como quienes sólo entienden el mundo desde la perspectiva económica no pudieron responder de otra forma que con miedo, amenazas y fuerza.
Ayer fue un día triste y amargo de esos que creímos no se volverían a repetir…un día de caballos desbocados y perros rabiosos…un día de principes tiranos y ojos enrojecidos…
Ayer, al fin se sacaron las máscaras los corderos disfrazados de lobo y mostraron qué piensan en realidad sobre nuestras ganas de participar y ejercer nuestra soberania…
Y también fue ayer un día donde entre cacerolas y en un eco que brotaba desde todos los rincones nos vimos y nos escuchamos…entendimos que somos muchos quienes queremos otra cosa, otro país donde vivir, espacios que habitar….paz y tranquilidad sí por supuesto… pero por sobre todo no queremos más abusos de poder político ni económico, no queremos estar encadenados a decisiones y pactos sellados entre cuatro paredes…queremos ser dueños y partícipes de nuestros destinos.
Hoy…es un día tan gris como ayer…
Los colores fueron disueltos por el agua del guanaco y sus restos aún se ven escurriendo por la alameda…
Hoy es difícil pensar en trabajar después de lo experimentado ayer…dan ganas de volver a poblar las calles con color y carnaval, con anhelos e ideales…dan ganas de olvidar y no creer por un momento el país en el que estamos viviendo…
Desde Cubierta 
Muy penca lo que paso ayer. No se me viene una mejor palabra que esa a la cabeza… que mejor que un chilenismo para expresar lo que siento por el chilito actual. «El cacerolazo» de ayer en la noche lo entendi con miedo, pero como un rayo de esperanza. Con miedo porque la represion fue tal, que solo quedo la posibilidad de hacer ruido desde la seguridad de la casa; y con esperanza, porque hasta en los barrios altos se sintio el incesante golpear entre olla y cuchara, mostrando que el descontento por el actual gobierno es transversal a la situacion socioeconomica… y que ojala los que votaron por la derecha por estar chatos de la concertacion, entiendan que eso de «el peor de dos males» en verdad existe y que ahora lo estamos viviendo.
Para terminar, y entendiendo que son solo perros entrenados para hacer valer la voluntad del gobierno, digo desde el fondo del corazon… PACOS CULIAOS!!!!!
Saludos Rauli!
Muy buen texto. A recuperar los colores. Viva el Verde, pero el Verde Esperanza, no el Verde Milico ni el Verde Oliva
Gracias Luis Mariano, por responder y por la difusión. Por suerte ayer domingo volvieron los colores y toda la expresion ciudadana a las calles. Ya somos muchos los que apostamos por otro ordenamiento social, politico y economico…muchos los que noes hemos cansado de tanto abuso y promesas vacías. Hay que seguir llenando calles y plazas con cantos y disfraces o esquinas y balcones con simples cacerolas…que no pare la bulla y el llamado de atención…!!
A lo mejor esta vez, la alegría si viene!